JORDI DÍAZ ALAMÀ (1986) / LA PINTURA NUNCA ACABA

Afirmaba un autor que el artista más interesante siempre se ha movido entre géneros, contra o a favor de ellos o indiferente hacia los mismos.

La obra del catalán DÍAZ ALAMÀ es una excpecional configuración de todos ellos, casi en el vértigo de una sublime dramaturgia de lo que la pintura ha sido y siempre será.

Esa sensibilidad entre un hacer impecable, dominador de la expresión de la materia, y un sentir humano y existencial de hondas perpsectivas y emociones de lo ilimitado del ser, ofrece en su obra un tributo de siglos e historia.  

Incluso en la muerte busco la vida y mi papel no es otro que descubrirla en todo lo que ella no es.

 (Cioran)

GUILLERMO CHÁVEZ ARROYO / PAGO UN TRIBUTO A LA IMAGINACIÓN

Los artistas como el peruano CHÁVEZ ARROYO qué lejos están, afortunadamente, de la influencia eurocentrista y que cerca de la locura divina andina. 

Sus obras son un ejemplo notorio de ese bien supremo de la humanidad, según lo afirmado por Bergson, que es la creatividad. Y una creatividad en su caso con mayúsculas.

Una poética de la inaginación, de la leyenda, de las experiencias, que se han instalado en la magia cromática y figurativa de un creador ensimismado en una plástica que registra y renueva para el espectador la dimensión pictórica. 

 Toda lucidez es consecuencia de una pérdida.

(Cioran)

JOSÉ ALDANA SULLON (1950) / CULTURA Y TIEMPO

Decía Fernando de Szyszlo que el artista intenta exaltar la vida, convertirse en memoria de su grupo y luchar contra cuantas formas se abalanzan sobre él, aunque la sociedad no se lo exige y pueda incluso ignorarlo.

El peruano ALDANA forma parte de ese tipo de artistas, que además pone a prueba sus conjuraciones plásticas con su cultura ancestral, sus concepciones pictóricas con su sentido del espacio y del tiempo inmemorial.

Obra de una sola clave y muchos significados, cuyo cromatismo pausado, sabiamente estructurado, penetra en una figuración cuyo imaginario singular es el credo autóctono de una revelación.

Decididamente, la vida no puede tener sentido alguno. O, si lo tiene, sería menester que lo esconda si quiere tenernos en su seno todavía.

(Cioran)

WILMER LALUPÚ (1973) / VER LO QUE HAY AHORA Y ANTES

La amalgama entre el supuesto ideal estético y la distorsión de la anatomía humana es algo que palpita en la mayoría de las aproximaciones figurativas contemporáneas, sean cuales sean sus máscaras. 

En la obra del peruano LALUPÚ es el entrecruce de culturas, tiempos, símbolos, representaciones, lo que define su plástica y el significado de la misma.   

La amalgama cromática, las tonalidades, la figuración, conforman un mensaje que se reviste de unas búsquedas que han obtenido sus respectivas respuestas.   

La soledad es una exasperación ontológica de nuestro ser. Se es más de lo necesario. Y el mundo, menos.

(Cioran)

 

 

CATHERINE VALLADARES / NUNCA SE FUERON

Cierto que el sujeto en los avatares plásticos deviene microcosmos de esa totalidad estética tan impresionante como es la del universo.   

En el caso de la peruana VALLADARES, su obra es esa conformación pictórica de lo que es una interpretación y recreación de lo ancestral.

Sus rostros nos relatan visualmente lo que fueron, lo que representaron, lo que vivieron y hasta lo que imaginaron de acuerdo con su visión y comunión cromática. 

El deseo de la muerte comienza como una oscura secreción del organismo y termina con un desvanecimiento poético. El placentero apagarse de cada día es un adormecimiento de la sangre.

(Cioran)

JOSÉ ANTONIO PERALTA LOZADA (1971) / TIEMPOS DE OTRO MUNDO

Cuando nos encontramos ante unas obras como las del peruano PERALTA, sentimos como esa libertad y autonomía de lo estético depara un cúmulo de posibilidades humanas. 

Su pintura se engalana con la magia de lo pretérito, nos lo acerca desde una dimensión creativa que nos penetra visualmente como un pensamiento esotérico. 

Maestría plástica que nos asombra por la exuberancia de un imaginario en el que sus horizontes no están ni estarán nunca delimitados.   

El devenir es una agonía sin desenlace...

Sólo la ruina del día  nos ayudará a elevar la vida al rango de sueño.

(Cioran)

OSCAR MARTÍN DE BURGOS (1972) / VIDA Y SÍMBOLOS

El esultor MARTÍN DE BURGOS es un pensador de la cultura convencido que de que ésta promueve, como forma artística, una unidad íntima y sin restricciones entre los ciudadanos a partir de su más profunda subjetividad.  

Así, sus obras proyectan un cúmulo de significados y expresivos símbolos, conformados bajo una constelación sucinta de formas compactas que nos remiten a interrogantes, que se remontan a nuestra historia más espiritual y remota.   

Hay génesis y vasta enormidad, concepciones sagradas y conductoras hacia unos territorios de encuentros y silencios, de presentimientos que quedan esculpidos para siempre. 

Es curioso que en cuanto adviertes que los seres son sombras, que todo es inútil, te alejas del mundo para encontrar el único sentido en la conteplación de la nada...

(Cioran)